Luis Mariano (Irún, 1914 – París, 1970) fue un tenor español que triunfó internacionalmente en los años 40 y 50, especialmente en Francia, donde se convirtió en una gran estrella de la canción ligera y la opereta moderna.
Aunque su estilo no era pop en sentido estricto, su forma de cantar melodías románticas, su presencia mediática y su proyección internacional lo convierten en un claro precursor del pop español. Su música, accesible, melódica y sofisticada, fue el puente entre el bel canto tradicional y la canción popular moderna que más tarde inspiraría a artistas como Raphael o Julio Iglesias.
Con éxitos como La belle de Cadix o Mexico, Luis Mariano mostró que la música española podía ser moderna, exportable y querida por públicos de todo el mundo, anticipando el espíritu del pop que florecería en los años 60 y 70.
Luis Mariano, cuyo nombre real era Luis Mariano Eusebio González García (Irún, Guipúzcoa, 13 de agosto de 1914 - París, Francia, 14 de julio de 1970) fue un tenor español. Alcanzó gran notoriedad como tenor, cantante de operetas y actor de películas musicales durante los años cincuenta y sesenta, especialmente en Francia y coproducciones francoespañolas.[1]
Su familia se exilió a Francia al comenzar la Guerra civil española. Marcharon desde Irún a Bayona, donde Mariano formó parte como cantante, junto con otros músicos aficionados vascos, también exiliados, de una pequeña orquesta que tocaba en los restaurantes. Luego se fue a Burdeos, donde su padre trabajó como mecánico.
En la escuela se sintió más interesado por el canto y la música que por la gramática y la aritmética. En 1937-1939 formó parte del grupo vocal Eresoinka, con el que actuó en varias ciudades europeas. Fue admitido en el Conservatorio Jacques Thibaud de Burdeos y tomó la decisión de ser cantante de ópera.
En 1940 conoció a Jeanne Lagiscarde, directora de la casa de discos Bermond. Ésta le introdujo en los medios artísticos de Burdeos. En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, se inscribió en la escuela de Bellas Artes, evitando así que lo enviaran a trabajar obligatoriamente a Alemania.
Lagiscarde lo convenció para probar fortuna en París. Allí viajaron ambos con una recomendación para el tenor y profesor de canto Michel Fontécha. Los primeros meses fueron muy duros, sobreviviendo los dos con lo justo.
En 1943, gracias a Guy Lafarge, conocieron a Max de Rieux, quien lo contrató para interpretar el rol de Ernesto de Don Pasquale. Posteriormente se entrevistó con el compositor Francis Lopez, de origen vasco, con quien más tarde tendría una amplia colaboración.
Los programas de variedades y las galas se sucedieron, alcanzando su primer éxito el 24 de diciembre de 1945 con la opereta La bella de Cádiz, de la cual se publicó un disco del que se vendieron 1 250 000 ejemplares. En esa época llegó a compartir cartel con Édith Piaf e Yves Montand en el Teatro Nacional de Chaillot.
En 1946, Luis Mariano rodó su primera película, Carga clandestina. Durante los años siguientes su popularidad fue en aumento. Su colaboración con Francis Lopez, que fue el compositor de muchas de las obras cantadas en francés, consiguió los efectos deseados: el éxito en el teatro con El cantor de México (1951) y en el cine junto a Carmen Sevilla en Violetas imperiales (1952). Las letras de las canciones de Lopez fueron traducidas al español por José María Arozamena. Mariano protagonizó también las coproducciones francoespañolas El sueño de Andalucía (1951), La bella de Cádiz(1953) y El cantor de México (1956).[1]
Entre 1946 y 1958, Luis Mariano hizo quince operetas musicales y películas; operetas creadas por Lopez o por otros, como, entre otras, Cuatro días en París o A Jamaica, y películas musicales como Carga clandestina, Historia del cantar, El aventurero de Sevilla, Sérénade en Texas y Der Zarewitsch.
Mariano Eusebio González, conocido artísticamente como “Luis Mariano”, nace en Irún el 13 de Agosto de 1914. Cuando contaba tan solo dos años de edad su familia decide trasladarse a Burdeos, donde residió hasta el año 1922 en que de nuevo retornan a su Irún natal. Estudia en el Colegio de los Hermanos de la Salle, donde desde temprana edad ya se advierten sus dotes para el dibujo.
Tiene 22 años cuando estalla en España la Guerra Civil, siendo testigo de la destrucción de Irún. Su vocación pictórica le empuja al estudio de arquitectura en la facultad de Bellas Artes de Burdeos.
La precaria economía familiar le obliga a contribuir a ella, participando repetidamente en la vendimia de la zona bordelesa, donde su voz comienza a ser escuchada. En el año 1941, alentado por enamorados de su voz, se anima a inscribirse en el Conservatorio de Música de Burdeos, donde con mayor dedicación se vuelca en el perfeccionamiento de su cuerda de tenor. Se inscribe en cursos de teatro para modular su dicción y para lograr recursos económicos actúa con orquestinas y galas comerciales. Es frecuente su participación en agrupaciones corales y en una de ellas, el coro Eresoinka, coincide con Pepita Embil, madre del conocido tenor Plácido Domingo.
Su oportunidad llega en 1943 en el que le conceden el de Ernesto en la ópera bufa “Don Pasquale” de Gaetano Donizetti en el Palais de Chatillot. La crítica se vuelva en elogios con él. Comenzaría así una brillante carrera musical que durará hasta el final de sus días. Es a partir de este momento cuando Mariano González decide llamarse artísticamente “Luis Mariano”, nombre que comenzará a aparecer en sus discos.
Su marcha ascendente es fulgurante pero el espaldarazo definitivo lo recibe de la mano de Francis López en la opereta “La bella de Cádiz”, para la que también dibuja figurines y carteles. El tema central “María Luisa”, inspirado y dedicado a su hermana resultará un éxito en la venta de discos.
El fenómeno “Luis Mariano” se expande rápidamente. Entre 1946 y 1949 rueda siete películas y estrena una segunda opereta, “Andalucía”, que alcanza un gran éxito en Francia primero y en Estados Unidos y Canadá después. Es la edad de oro de la opereta, y en ella, y por encima de todos, “Luis Mariano”, “el Rey de la Opereta”. El cenit de su fama lo alcanza entre 1951 y 1952, por un lado con la opereta “El Cantor de Méjico” y por otro lado con la película “Violetas Imperiales”. El cine no constituía ninguna novedad para él pues esta película era su décima participación, y luego vendrían más.
Luis Mariano, artista polifacético, también cultivó la escritura. En 1950 escribe su primera novela, “La canción de mi vida”, a la que seguirán “Mi vida y mis amores”,
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