Encarnación Polo Oliva nace en Sevilla en 1939. Su padre fallece cuando ella era todavía una niña y a mediados de los años 50 se traslada con su madre a Barcelona. Allí se presenta a todo concurso radiofónico que se le pone a tiro e inicia una carrera musical dentro del estilo que por entonces se denominaba canción española y más tarde se conocerá como copla. Canta como atracción en los cines entre película y película, en clubs y cabarets, siempre con mamá ejerciendo de vigilante madre de artista. Simultanea su actividad cantora con la de modelo. Tiene ocasión de conocer a los grandes de la canción francesa de paso por Barcelona. Charles Aznavour le aconseja que cambie de estilo y se dedique a la música ligera. Sea porque sigue el consejo o porque el estilo coplero anda de capa caída en los inicios de la década de los 60, Encarnita Polo abandona el abanico y la bata de cola para pasarse a los ritmos modernos.
En 1963 consigue que el sello Regal se fije en ella y le proponga grabar su primer disco, un EP muy del estilo del conjunto que por entonces marcaba la pauta melódica: Los Cinco Latinos.
Al año siguiente actúa durante varios meses en un espectáculo de variedades en una de las salas más importantes de la ciudad, el Poliorama, y su nombre comienza a ser conocido en el difícil mundo de la canción. El potente sello Vergara la contrata y en él grabará tres sencillos. Es finalista en 1965 en el Festival de la Canción Mediterránea con la canción “1000 horas” y aparece en televisión con cierta asiduidad.
Pero el triunfo rotundo no acaba de llegar y Encarnita lucha por abandonar esa frustrante segunda fila de las cantantes españolas. Ese mismo año marca su debut cinematográfico en un torpe remedo de las películas de James Bond, protagonizado por el humorista Cassen, titulado “07 con el 2 Delante (Agente: Jaime Bonet)” (1966) de Ignacio F. Iquino, en la que canta un par de canciones.
Viaja a Italia para actuar en la RAI y acaba quedándose un año. Rodará cinco películas y participará en varios festivales, venciendo en un concurso internacional organizado por la televisión italiana. Su actividad cinematográfica va a alejarla poco a poco del micrófono y en España no volverá a grabar un nuevo disco hasta 1968. Se trata de una versión del éxito inglés de Georgie Fame “La balada de Bonnie and Clyde”, que a pesar de su título no forma parte de la BSO de la película del mismo nombre. Esta canción va a vender un buen montón de ejemplares, aunque tendrá que rivalizar, entre otras, con la versión que de ella hicieron Los Mustang.
Su reentrada en la música española había sido un éxito. Traslada su domicilio a Madrid y allí la productora factótum de la época, Maryni Callejo, le propone iniciar una nueva etapa en RCA y hacer una moderna adaptación de “Pepa Bandera”, que diez años antes había grabado Lola Flores. Para poner de pie este proyecto, Maryni le presenta al arreglista argentino Adolfo Waitzman. Menos de un año después “Pepa Bandera” (RCA, 1969) ha sido uno de los discos más vendidos del 69, ha nacido el flamenco-pop y Encarnita se ha casado con el argentino. Los Buenos, aparentemente alejados de su estilo, van a ejercer en aquellos tiempos como un magnífico grupo de acompañamiento de la cantante.